LA EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR
La Educación Religiosa Escolar consiste en promover el desarrollo y crecimiento integral del niño, sus actitudes, valores y su visión de la vida en relación con los demás y con Dios. Proporciona respuestas a las grandes preguntas que todos nos hacemos en nuestro interior: ¿quién soy yo? ¿para qué he nacido? ¿cuál será mi fin? ¿cómo ser coherente?. Establece el diálogo con la cultura, como una oferta escolar necesaria para que los estudiantes conozcan las raíces cristianas de la civilización occidental y, en concreto, de la cultura española.
La Educación Religiosa Escolar trabaja con el hombre en su formación humana, descubriendo el sentido de la vida y la visión del mundo. De ahí que su objetivo sea estimular desde un conocimiento de la fe una relación y un diálogo del hombre consigo mismo, con el mundo, con los otros y con Dios.
La educación en general cuenta con una dimensión religiosa, ésta proporciona bases para un mejor desenvolvimiento en la sociedad, hace que se vea el sentido de trascendencia y optimiza los valores que son necesarios para la sana convivencia. Es establecer la relación entre evangelio y cultura, el conocimiento de estos elementos hacen que el niño madure críticamente su experiencia de Dios hasta alcanzar una convicción de lo que realmente es la relación con Dios.
La Educación Religiosa Escolar pretende integrar en la personalidad el saber de la fe dentro de los demás saberes. De ahí, que la actitud crítica sea importante. En definitiva, es crear una actitud cristiana en el interior de las personas para vivir realmente el camino del bien, de la donación a los demás.
Las virtudes son fundamentales como pilares de la construcción del hombre. El evangelio es fuente de luz y discernimiento. Con la persona de Jesucristo el alumno puede conocer y vivir los valores que forman parte del proyecto de Dios para la humanidad: la dignidad, el amor, la paz, la solidaridad, la justicia, la libertad. El anuncio de Jesucristo hace posible la plenitud y la orientación de la vida, respondiendo a una de las necesidades más profundas del ser humano, "la nostalgia de infinito", que le lleva a buscar a Dios. El trabajo desde las virtudes hace que el hombre discierna su opción fundamental y se encamine por el camino del amor, de la solidaridad y de la sana relación con los demás.
Por último, podemos decir que la Educación Religiosa Escolar estimula la capacidad moral y espiritual de la persona, crea una auténtica cultura del amor, de la verdad, del bien, de la libertad y del progreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario